No quiero ser el sueño de alguien…
Nacemos con otro órgano reproductor; vulnerables.
La flor busca llenar ese vacío,
ser la perfección, el perfecto retrato,
o eso nos enseñan.
¿Podrías imaginarte un hombre medidor, restricciones a la entra de la playa o tener que contar cuantos centímetros hay de tu rodilla a tu vestido de baño?
-Son quince señorita, muchos más pero ni uno menos- Te diría el hombre con el metro.
Pero no, ese mundo ya no existe. Ese mundo fue hace un siglo y en ese siglo Annette Kellerman estaba viva.